Todo apunta a que el metaverso, acrónimo de meta -«más allá de», en griego- y universo, será uno de los conceptos de moda durante los próximos años. Se trata de una especie de mundo virtual, tridimensional e inmersivo en el cual los seres humanos interactúan con sus propios avatares, sin salir de casa y utilizando unas gafas de realidad virtual.
En un futuro no muy lejano, «interactuaremos con todo tipo de avatares, reales y artificiales, incluso con personas que ya no existen» y que podrán moverse por diferentes espacios virtuales, explica Enrique San Juan, periodista y director de Community Internet-The Social Media company.
«Durante los dos próximos años viviremos la fase inicial del metaverso y el desarrollo se producirá en los diez años siguientes»
Mark Zuckerberg, presidente de Meta (antes Facebook), es uno de los principales impulsores y en un vídeo explica qué es exactamente el metaverso. «Es el próximo capítulo de Internet», afirma. Hoy en día, estamos viendo los primeros pasos. «Durante los dos años siguientes viviremos la fase inicial del metaverso y el desarrollo, en los próximos diez años», pronostica San Juan.
De momento, Meta ha anunciado una inversión de cincuenta millones de dólares para desarrollar el metaverso. Una apuesta que también están haciendo empresas como Apple o Microsoft. Esta última quiere que las reuniones que se hacen a través del programa de videollamadas Teams tengan lugar en espacios virtuales e inmersivos, introduciendo avatares personalizados. Da igual como estés en casa, si haces mala cara o estás en pijama, la gente solo verá tu personaje virtual.
Inversiones millonarias
Aparte de las reuniones de trabajo, otros sectores que prevén sumergirse en el metaverso son el del turismo digital, las videoconferencias, la música en directo y especialmente, el de los videojuegos. También, el de los medios de comunicación, que pueden aprovechar este universo paralelo para informar a sus lectores y espectadores a través de experiencias innovadoras e inmersivas o para emitir programas de televisión en directo.
Enrique San Juan está convencido de que surgirán oportunidades de negocio y que se necesitarán profesionales, también periodistas, para crear los espacios del metaverso. «Prácticamente, todo está por construir y desarrollar», afirma. Cree, además, que ahora es un buen momento para «empezar a pensar en el modelo que queremos y ver qué se puede hacer». Y añade que «los primeros que lo hagan serán los que tendrán ventaja respecto al resto».
Un mundo virtual todavía por construir
San Juan admite que, de entrada, el metaverso puede ser un concepto «difícil de entender». Por lo tanto, explicarlo de una manera clara y sencilla será uno de los retos para atraer a usuarios. Lo que también tiene un amplio margen de mejora son las gafas de realidad virtual, que no han acabado de arraigar. Quizás porque tendrían que ser más cómodas y ligeras e incluir auriculares de alta calidad, pues «la vista y el oido son claves para sentirse plenamente consciente y vivo en este espacio virtual».
San Juan explica que los dispositivos -tanto las gafas como aquellas herramientas tecnológicas para dirigir los movimientos de nuestro avatar-, de la misma manera que los espacios de este universo alternativo, se tienen que desarrollar con profundidad, para permitir una experiencia completamente inmersiva.
Otro de los retos, y al mismo tiempo también complejo, es desarrollar las reglas de la comunidad que formará parte del metaverso, como las que hacen referencia al control, la seguridad y la privacidad.
Todo apunta a que el metaverso será la próxima ventana de negocio de las tecnológicas. Bloomberg Intelligence prevé un volumen de 800.000 millones de dólares en 2024. ¿Podría ser un bluf? Teniendo en cuenta las inversiones que se están haciendo y como se está empezando a diseñar la economía del metaverso, San Juan cree que no lo será.
[Traducción del artículo publicado en la web del Col·legi de Periodistes de Catalunya]
Digital Media Corner 
Quizá, lo que conocemos como universo sea la manifestación de los límites de un metaverso, formas virtuales de una realidad esquiva, el modo que tiene la realidad de protegerse a sí misma de sus delatores; si la realidad se manifestase directa y desnuda, quedaría expuesta a la destrucción de los que quieren poseerla. Estos avances proponen, aparte de su fin concreto, nuevas perspectivas en diferentes áreas del saber: todo bien, hasta que el cafre de twitter introduzca su avatar, ya veremos entonces en qué se convertirá el metaverso.
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