Alfonso Levy: «Nos dan una milésima de verdad y nos cuentan una gran mentira»

Alfonso Levy, filólogo, colaborador de radio y televisión y autor del poemario Al calor de los errores, de la editorial Inverso, se muestra crítico con los medios de comunicación y los programas más cercanos al poder, aquellos que nos ofrecen una visión interesada y superficial de la realidad. Sin embargo, también afirma que hay profesionales que hacen un gran trabajo. Con él haremos una reflexión sobre el sector, extrapolable, en algunos pasajes, a la vida misma. 

– Para los medios de comunicación la rapidez a la hora de informar es imprescindible, sobre todo a través de las redes sociales. El objetivo es ser el primero. ¿Cómo ves el panorama, Alfonso?

Empezaré por una frase que nos ahorrará muchas palabras: La prisa mata la vida. Lo precioso de la vida, lo más maravilloso, cuando puedes encontrar un sentido de las cosas, es justamente cuando permites a la vida que tenga su tempo. Cuando algo, desde fuera, da aceleración, prisa, a la vida, lo más valioso queda muerto, queda inadvertido, indiferente. La prisa siempre es autoritaria y superficial. Es un buen puente para el orden y el orden es un buen puente para el poder, para que no haya tiempo para poder pensar críticamente. Hay una frase resume de una manera preciosa lo que pienso. Son dos versos de Antonio Machado, los dos versos más revolucionarios que se han escrito en el siglo XX en castellano: «el hacer las cosas bien, importa más que el hacerlas»

– A pesar de que hay quien sigue estos versos, también hay quien, con lo que publica, deforma la realidad…

Sí, una deformación que es autoritaria, interesada y superficial. Cuándo das una noticia muy grave, gravísima, si la das con aceleración, casi escupiendo los titulares, lo que no haces es desarrollarla. Cuando buceas en profundidad, cuando desarrollas, para lo cual se necesita tiempo, hay una comprensión, aunque sea trágica, de las cosas, un por qué. A veces oyes algunos noticiarios que parece que no apetezca vivir. ¡¿Dónde vivo?! ¡¿Qué especie es la nuestra?! Cuanto más grave es un tema, más necesita un desarrollo, una pausa, un detenimiento, y no únicamente esa superficialidad que supone un titular.

– Sin embargo, el negocio de los medios exige rapidez y, a menudo, información sensacionalista para conseguir visitas…

Lo de algunos medios es un negocio que entra en la inmoralidad. La materia con la que trabajan es el ser humano, que se da cuenta de que no está tratado con consideración. La gente consume este tipo de medios porque no tiene alternativa, aunque para mí esta banalidad y esta superficialidad tiene los días contados. 

Estoy convencido de que a la gente, cuando le das una información contrastada, desarrollada, tratándole como a una persona inteligente, huyendo del sensacionalismo, con sabor a autenticidad, a verdad, acaba por fidelizarse.

Alfonso Levy, en la librería La Central, de Barcelona.
Alfonso Levy, en la librería La Central, de Barcelona. FOTO: ANNA LLADÓ

– En muchas ocasiones escribimos titulares con el único objetivo de aumentar las visitas. ¿Vale todo para conseguir más audiencia? 

Hay medios que tienen un perfil del espectador u oyente que si estos se detuvieran a pensarlo, cambiarían de cadena, cerrarían. El algunos casos, la aspiración es económica, en otros autoritaria, ideológica, de mantenimiento de un cierto tipo de poder. Sigo manteniendo que es inmoral porque están trabajando con materia humana. Tú no puedes, en aras de una posible mayor audiencia, maltratar, menospreciar al espectador, y luego lavarte las manos, diciendo ¡pero si lo ve! A veces pones las noticias y sales peor. No es la noticia en si misma, es el cómo te acercas a esa noticia. Y uno se ha de acercar sabiendo a quién se dirige; a seres humanos. No a números.

– Entre las últimas tendencias de los medios de comunicación encontramos la realidad virtual y la automatización. El rey, sin embargo, sigue siendo el móvil, que a muchos les ha causado una sensación de dependencia…

Estoy a favor de convocar al mayor número de personas, de audiencia. En lo que no estoy de acuerdo es en algunas de las maneras. En algunos casos veo un intento, organizado por los poderes, que espero que quede frustrado. Si realmente quieres organizar y dominar a una sociedad, haz una sociedad inculta, que no sepa pensar, que no sepa disfrutar como ser humano con lo que se le ha dado, como el lenguaje, la naturaleza, el conocer, el jugar, el querer… Cuando todo esto se intenta obturar y se proponen fuegos de artificio, estás anulando las capacidades que todo ser humano tiene, alineándole en la fila de los gregarios, de los obedientes, de los que por si mismos no podrían hacer nada. Esto es letal. Es malísimo.

Cuando se quiere dar una gran mentira, de la que no se habla, y dentro del fenómeno de Internet hay una gran mentira, lo cual no quiere decir que haya aspectos interesantes y muy valiosos, se da una milésima de verdad. Cuando ofreces una milésima de verdad, la gente camina hacia allí. Hoy en día vemos que la gente está muy contenta con sus aplicaciones y sus prestaciones. ¿Y si las perdiéramos? Nuestra identidad casi se resquebrajaría. 

Alfonso Levy, en la librería La Central, de Barcelona
FOTO: ANNA LLADÓ

– ¿A qué te refieres cuando hablas de la gran mentira?

Se ha llegado, por parte del poder, de la sociedad tecnocapitalista, a inocular una sensación de satisfacción y de contento en el usuario. Las personas se sienten seguras con sus medios, sus dispositivos tecnológicos. Luego profundizas un poco y estos las hacen más débiles y desarrollan menos sus capacidades naturales.

La gran mentira ha calado en la población, por ejemplo, con pequeñas prestaciones útiles, pero que no son esenciales, y que están ocupando un lugar que antes pertenecía a lo que importa en la vida. La lista elemental de lo que realmente importa está atenuándose muchísimo, ya que lo que interesa es como una abstracción que cabe en la red. La gran mentira sería el haber introducido elementos útiles, simplemente eficaces, para anular capacidades como la memoria o el lenguaje. Todo, cambiado por unas moneditas de colores. Y hay que reconocer que se ha hecho sibilinamente y se ha hecho bien.

Si alguien no levanta este magma, esta fiebre, empezamos a extender un lacayismo y una bendición de lo que hay que siempre es peligrosa. El pensamiento siempre ha de ser crítico, para intentar mejorar lo que hay, ¡y no esta ceremonia de la celebración de los cables! Esta es la gran mentira; haber creado cosas útiles, eficaces, como el pago para anular ciertas maravillas que tiene el ser humano.

FOTO PORTADA: ANNA LLADÓ.

6 respuestas a “Alfonso Levy: «Nos dan una milésima de verdad y nos cuentan una gran mentira»

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  1. Tengo un recuerdo muy bonito de colaboración en radio de Alfonso Levy, yo diría que en programa de No som perfectes de RAC1 (hace años) en que explicaba pequeñas grandes historias. No sé si me podrías ayudar en los programas de radio en los que ha colaborado, a ver si pudiera recuperar estas historias. Mil gracias, sería una enorme ilusión. Un saludo grande.

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  2. Me encanta el concepto de esta entrevista. Gracias por recordar lo que es la vida de calidad. Muy a menudo nos olvidamos por culpa el ritmo frenético de vida actual.

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